16º CORREO: ANA Y LA PAZ.
INTRODUCCIÓN A 100 CORREOS PARA ANA
El encuentro fue “casual”. Un sacerdote chateaba por Internet y apareció “Ana”, una joven en busca de su identidad.
¡Estos correos son el fruto de una reflexión serena y un deseo sincero para transmitir a los jóvenes las preguntas, las dudas, las inquietudes y las posibles “búsquedas” en clave cristiana.
16º CORREO: ANA Y LA PAZ.
Una persona muere cada cuatro segundos por desnutrición, la mayoría de ellos son niñas/os.
800 millones de seres humanos pasan hambre y se necesitarán más de 130 años para erradicarla.
Más de 1,1 billón de personas no tienen acceso a agua potable de calidad.
30.000 niñas/os mueren diariamente por enfermedades en su mayoría prevenibles. En total, son 11 millones de niñas/os los que mueren actualmente por enfermedades que tienen cura en países desarrollados.
Cada año de medio millón de mujeres muere por causas relacionadas con el embarazo.
Según los datos contabilizados hasta finales de 2000, cerca de 22 millones de personas han muerto de SIDA, 13 millones de niños han perdido a su madre, padre o ambos, y aún hoy, hay más de 40 millones de personas afectadas por esta enfermedad. El 90% de los afectados proceden de países en vías de desarrollo, casi el 75% corresponde a la población de África Subsahariana.
113 millones de niños en edad escolar no asisten a la escuela, de los que el 60% son niñas.
1,2 billones de personas se ven forzadas a vivir con menos de 1 dólar al día, el 70% son mujeres.
Durante la década de los 90 el número de personas que vivía en condiciones extremas de pobreza en el África Subsahariana aumentó de 300 millones.
22 millones de refugiados y desplazados no pudieron volver a sus hogares en el 2001 debido a desastres naturales y conflictos civiles o políticos.
Verdaderamente, la aspiración para conseguir la paz entre los pueblos ha sido uno de los ideales y utopías del hombre. Sin embargo, esta misma aspiración contrasta con la realidad mundial y con la misma memoria histórica de la humanidad en nuestro diminuto planeta.
La paz no es solamente ausencia de guerra, sino que la verdadera paz se cimenta en la justicia y en la solidaridad. Desde este planteamiento ético, la división y desigualdad socio-económico entre las distintas partes del planeta y la división tópica NORTE-SUR, es decir, países desarrollados y países en vías de desarrollo es un atentado contra la misma existencia de la paz. Afirmar que la auténtica paz debe ir unida a la justicia, no solamente personal o individual sino colectiva y planetaria, es atacar la “ley de la selva”, es decir, el dominio de los más fuertes o más adinerados en una sociedad dejando al margen y en “desigualdad de oportunidades” a los menos favorecidos.
La auténtica paz debe ir unida necesariamente a la solidaridad y a la preocupación por el bien de los demás, en especial de las grandes masas de pobres que se hallan dispersos por el planeta.
Pienso que el mantenimiento de la paz y la solidaridad conlleva una colaboración económica con los países en vías de desarrollo, la necesidad de perpetuar la identidad y el patrimonio cultural de los pueblos, la denuncia cada vez más afianzada de la violación de los derechos humanos.
Un amigo.
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