Ana:
Tu correo anterior me ha dejado inquieto y no me he resistido a no profundizar en el tema. ¡He buscado unas palabras que intenten dar razón a tus inquietudes!
Te diré que no es algo original del Cristianismo. Lo genuino del Cristianismo será de Jesús no al final de los tiempos, sino “en un momento histórico”. Todos los escritos del Nuevo Testamento proclaman sin ambigüedad que el Crucificado vive y se ha manifestado vivo a los Apóstoles.
En los escritos neotestamentarios hay dos conceptos que se usan para expresar esta experiencia de Jesús: (1 Tes 4,14; 1 Cor 15,3-5) y (Flp 2,5-11; 1 Cor 12,3; 1 Tes 3,16).
acentúa la continuidad entre el Jesús terrenal y celestial, ya que las dimensiones que subraya será la temporalidad (antes y después).
subraya la distinción entre la vida de “antes” y de “después”, siendo las dimensiones arriba-abajo las que sobresalen.
Ciertamente ninguno de los evangelios describe de Jesús. Afirman que el Crucificado se les ha manifestado vivo a los Apóstoles.
Ana, los evangelios no describen el acontecimiento mismo y subrayan la transformación interna y externa de los mismos discípulos. Aquellos hombres, que la muerte de Jesús los deja sumidos en la desesperación y la tristeza, empiezan a anunciar con gran alegría y valentía de Jesús, poniendo en riesgo sus propias vidas… De hecho, casi todos los apóstoles prefirieron morir antes que renunciar a esa experiencia.
Ahora bien, “esta seguridad pascual sin garantías”(Schweizer), es afirmada, a los ojos del Nuevo Testamento, no solamente como una transformación en los mismos Apóstoles y una experiencia subjetiva en los seguidores del Maestro, sino algo que ocurrió realmente en el mismo Jesús.
Todos los escritos que hablan de las apariciones subrayan una transformación en el mismo Jesús. Al principio, ninguno de los Apóstoles reconocen al “Resucitado” y él se les impone a pesar de sus resistencias, recelos, dudas y sospechas.
A decir verdad, el Resucitado “les complicó la vida a estos hombres”, que la mayoría murieron martirizados por mantenerse en sintonía y en presencia del Maestro, sufriendo incluso violencia y persecución. Y en medio de las dificultades siempre apelaron a la experiencia pascual fundante de Jesús de Nazaret. de Jesús es el punto central del anuncio de la fe cristiana, la que provoca que el predicador del Reino sea predicado y anunciado como la respuesta definitiva a la vida del hombre.
de Jesús afirma la presencia permanente y salvífica de Jesucristo en la historia, llevando a su plenitud todas las esperanzas y profecías del Antiguo Testamento.
Un amigo.